Vía: Muy Interesante
La cerveza (tanto con o sin alcohol), aparte de calmar la sed y levantar el ánimo tiene un gran abanico de beneficios para nuestra salud; eso sí, nunca debe convertirse en una excusa para sobrepasar los límites de moderación recomendados: una al día para las mujeres y dos para los hombres.
Salud del corazón
Según un estudio llevado a cabo por científicos italianos y publicado en la revista European Journal of Epidemiology, la cerveza, al igual que el vino tinto, tiene efectos beneficiosos para la salud cardiaca. Así, los bebedores moderados de cerveza tienen un 42% menos de riesgo de sufrir enfermedad cardiaca. Este efecto positivo se debe a los polifenoles que contiene que, como antioxidantes naturales, participan en la protección contra enfermedades cardiovasculares.
Salud de los riñones
Las famosas “piedras en el riñón”, que a tantas personas aqueja, encuentra un poderoso enemigo en la cerveza, ya que este dorado y espumoso líquido reduce el riesgo de desarrollar las piedras renales debido a su alto contenido en agua y su efecto diurético, según afirmó la Asociación Americana de Dietética en un estudio publicado en ADA Times.
Para la hipertensión
Un informe elaborado por la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y el Centro de Información Cerveza y Salud expuso que debido a que la cerveza está formada en un 93% por agua, contribuye a la hidratación del organismo, factor crucial para las personas que sufren de hipertensión arterial.
Salud de los huesos
Beber cerveza moderadamente fortalece los huesos. Es la conclusión a la que llegó un estudio de la Universidad de Tufts (EE.UU.) que puso de manifiesto que el silicio presente en la cerveza ayudaba a aumentar la densidad ósea de la cadera entre 3,5 y 4,5 veces más que las personas abstemias. El consumo excesivo de cerveza tiene, sin embargo, el efecto contrario: debilita los huesos. La moderación de nuevo es la clave.
Contiene vitaminas del grupo B
Un estudio publicado en la revista Journal of Abnormal Psychology reveló que un tercio de cerveza aporta el 3% de la cantidad diaria de vitamina B12 recomendada. Esta vitamina es importante para el funcionamiento del sistema nervioso, para el cerebro y la regeneración de las células. Sin embargo, dado que el alcohol anula los beneficios de la vitamina B alterando las señales cerebrales responsables del autocontrol, es recomendable tomarla sin alcohol.
Efecto diurético
Según un informe de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y el Centro de Información Cerveza y Salud, la cerveza contiene altos niveles de potasio lo que produce un efecto diurético, esto es, provoca una eliminación de agua y electrolitos en el organismo, a través de la orina o de las heces.
Aporta fibra
La cerveza, al estar constituida por cebada, contiene beta-glucanos, un tipo de fibra soluble que ayuda a reducir los niveles de colesterol. No aporta una excelsa cantidad de fibra (0,75 gramos por 330 mililitros) pero se trata de un aporte extra de los 25 gramos de fibra diaria recomendados.
Aumenta el colesterol «bueno»
Tanto la cerveza como el vino pueden aumentar el nivel de lipoproteínas de alta densidad, que ayudan a eliminar colesterol de las arterias y transportarlo de vuelta al hígado para su excreción, lo evitando enfermedades como la arteriosclerosis, según un informe elaborado por la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y el Centro de Información Cerveza y Salud.
Herramienta contra el insomnio
La cerveza sin alcohol, al contrario de lo que sucede con la que sí tiene alcohol, puede ayudar a que conciliemos el sueño más rápidamente y a tener un sueño profundo y placentero durante toda la noche. Es la conclusión de un estudio realizado en España y que recogió la revista PloS One. En el estudio, las mujeres que bebían cerveza sin alcohol antes de irse a la cama se durmieron una media de 12 minutos antes que las demás y tuvieron un menor número de movimientos durante el sueño e informaron de menores niveles de ansiedad. Y es que el lúpulo de la cerveza, según los investigadores, puede actuar como un sedante, elevando el neurotransmisor ácido gamma aminobutryic (GABA), que calma el sistema nervioso central; de la misma forma, el lúpulo también afecta a otro neurotransmisor, la serotonina, que está involucrado en la regulación del sueño y los ritmos circadianos del cuerpo.
Previene el alzhéimer
Según un informe elaborado por la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y el Centro de Información Cerveza y Salud, la cerveza contiene minerales como el silicio, el magnesio o el fósforo; todos ellos ayudan a disminuir los riesgos de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Para las embarazadas
Según el libro ‘Mujer, Ginecología y Cerveza’ de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el elevado contenido en ácido fólico de la cerveza (pero en este caso sin alcohol), es muy beneficioso para la salud de las mujeres embarazadas, ya que es una vitamina clave en el sistema nervioso y para la regeneración de las células. Además, reduce el estrés oxidativo de la madre tras el parto y en la lactancia, la cerveza sin alcohol aporta antioxidantes naturales que ayudan en la protección de enfermedades cardiovasculares.
Para la menopausia
Además de levantar los ánimos y calmar la sed, tomar cerveza, según un informe elaborado por la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y el Centro de Información Cerveza y Salud, ayuda a mejorar los síntomas de la menopausia. Varias investigaciones han concluido que el consumo de fitoestrógenos naturales puede llegar a retrasar la menopausia hasta incluso dos años.
Previene el envejecimiento
Un estudio de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial y el Centro de Información Cerveza y Salud, reveló que la presencia de antioxidantes naturales en la cerveza ayuda a reducir los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento.