La categoría creció un 4% en 2024 y representa ya el 14% del total de las ventas. Suma el 16% del consumo dentro de los hogares.
Fuente: El Economista
España se ha convertido en el gran referente no solo europeo sino también mundial de la cerveza sin alcohol, un producto que representa ya el 14% del total comercializado y cerca del 16% del consumo que se realiza en el hogar.
En términos de volumen, se beben entre siete y ocho millones de hectolitros al año, lo que equivale a que en España se consume ya más cerveza sin alcohol que en toda Latinoamérica junta, alcanzando hasta el 25% de todo el consumo europeo.
Y es que mientras que en otros lugares del mundo las cervezas sin alcohol aún se perciben solo como una curiosidad o una alternativa para ocasiones muy determinadas, en España se ha consolidado como una bebida cotidiana, integrado en la cultura gastronómica y hostelera.
En un contexto de ralentización del consumo de cerveza per cápita en el último año, este segmento del mercado registró un crecimiento el año pasado del 4%. Y eso después de haber registrado ya un crecimiento de hasta el 11% en 2022 y del 3,5% en el año 2023.
Las consecuencias son evidentes ante todo ello y, de acuerdo con los datos de Cerveceros de España, uno de cada cuatro españoles consume ya este producto de manera habitual, especialmente en contextos de conducción o de consumo responsable. Las claves del auge de esta categoría, según explican en la industria, están estrechamente ligadas al patrón de consumo mediterráneo, único en Europa.

Patrón de consumo
“La cerveza en nuestro país no es un producto asociado al consumo intensivo o desvinculado del entorno: se toma con comida, en compañía de familia o amigos, en entornos sociales, y normalmente en hostelería”, explican en la industria.
De hecho, y de acuerdo con los últimos datos disponibles, el 81% de los españoles consume cerveza acompañado, dentro de contextos como el tapeo o el aperitivo.
Aunque dos tercios de la población toma una media de tres cañas por semana, en Cerveceros recalcan que la cerveza sin “no constituye una puerta de entrada al consumo de alcohol, sino una alternativa real y cada vez más valorada para quienes deseen consumir cerveza sin ingerir alcohol, ni siquiera de baja graduación”.
Uno de los cambios más notables en las últimas décadas ha sido el lugar que ocupa la cerveza sin en la hostelería. Y es que, sin durante años, esta variedad era una opción secundaria, casi marginal, que apenas se ofrecía y que, en muchos casos, ni siquiera aparecía visible, hoy, según insisten desde Cerveceros, el escenario ha cambiado por completo.
Una amplia gama
“Encontramos cada vez más bares y restaurantes que no solo ofrecen cerveza sin con naturalidad, sino que la integran como una parte destacada de su propuesta”, aseguran en la patronal.
Lo que antes era así una botella servida casi de forma excepcional, ahora se traduce en grifos especiales, visibles y accesibles. Jacobo Olalla, director general de Cerveceros, explica, de hecho, que “la innovación del sector ha extendido la oferta de la tradicional lager a otras variedades, como la tostada, IPA, negra, con limón o sin filtrar, apareciendo ya incluso en el portfolio de las cerveceras craft”.
El caso español ya ha despertado el interés académico y son cada vez más las universidades y escuelas de negocios que están analizando el caso.
Es lo que han hecho, por ejemplo, la escuela San Telmo o la Universidad de Harvard, que lo estudian como ejemplo de transición hacia un consumo responsable, que va más allá de una simple moda.
España es, además, uno de los pocos países del mundo que ofrece cerveza sin alcohol de barril, “un símbolo de cómo este producto ha pasado de ser una excepción a ocupar grifos propios en bares y restaurantes”, insiste Olalla.
El consumo
A pesar, no obstante, del boom de la cerveza sin alcohol, el consumo per cápita de cerveza en España descendió en el último año a 52,8 litros por habitante, lo que representa una caída del 4,9% respecto al año anterior.
Es una disminución que se explica por la contención económica y la inflación, además del trasvase que se ha producido del consumo de la hostelería al hogar.
“La cerveza no solo va de la mano de la hostelería: también refuerza el turismo, creando un círculo virtuoso que genera empleo y bienestar. La suma de estos tres sectores -cerveza, hostelería y turismo- representa una parte significativa del PIBespañol y proteger esta triada es cuidar tanto nuestra forma de vida como nuestro modelo económico”, explica el director general de Cerveceros de España.
Liderazgo
A nivel general, España sigue siendo el segundo mayor productor de cerveza de toda la Unión Europea, solo por detrás de Alemania, con más de 41 millones de hectolitros elaborados, y por delante de países que tienen una gran tradición cervecera como pueden ser Polonia y Reino Unido.
“Este liderazgo consolida al país como un referente tanto por su capacidad productiva como por la calidad e innovación de su sector”, resaltan en Cerveceros.
La patronal resalta que la cerveza es responsable de más de 540.000 empleos en España, y su consumo está presente en más del 90% de los momentos de consumo con comida fuera del hogar, reforzando su papel como eje de la socialización y de aportación de valor.
Desde el sector recuerdan, además, que la cerveza puede suponer hasta el 25% de la facturación en hostelería y 5.200 millones del gasto turístico.
“La cerveza sigue siendo un motor económico, un símbolo cultural y un reflejo de lo que somos como sociedad, pero también es una aspiración, a una sociedad que comparte, que se encuentre, que disfrute con lo cotidiano”, dice Olalla.