No fue hasta 2013 cuando Rusia aceptó, por primera vez, la cerveza como bebida alcohólica.
Fuente: HUFFPOST
Pocos saben esta auténtica curiosidad de la antigua Unión Soviética. En aquellos tiempos, la cerveza era un producto deficitario para todos los rusos, como muchos otros que se vendían en los supermercados, tiendas y quioscos. Es por ello, que la cerveza se servía en jarras de tres litros.
Tal y como reza el periódico lituano Vakary Ekspresas, en ese momento, la cerveza se vendía en varios tipos de embotellados, pero ninguno estaba cerrado herméticamente. Por tanto, la vida útil para consumir esta bebida era de dos o tres días como mucho.

En las redes sociales, algunos nacionales han contado su experiencia a este respecto. Un usuario, en unas declaraciones recogidas por el diario, asegura que “no había recipientes herméticamente cerrados, así que cuando compramos una cerveza embotellada, nos apresuramos a beberla de inmediato (por lo general, la llevamos del ‘punto de embotellado’ al ‘lugar de consumo’)”.
Por todo ello, confirmó que, en aquel momento, los recipientes más comunes eran los frascos de tres litros. Las vasijas de metal, por su parte, eran “deficitarias y caras”. La historia se ha hecho viral y ha dado la vuelta en redes sociales.

Hay un dato destacable en todo esto. No fue hasta 2013 cuando Rusia aceptó, por primera vez, la cerveza como bebida alcohólica. Hasta ese año, y tal y como reza el periódico El Mundo, la cerveza era considerada un producto comestible, como todos los líquidos que contenían menos del 10% de alcohol. Además, se promocionaba como “una alternativa saludable” al vodka. Esta medida se tomó después de que el consumo de la bebida aumentara un 40% en tan sólo una década.